lunes, 4 de marzo de 2013

PRIVATIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO Y ANIQUILACIÓN DE MENTES BRILLANTES


·       No considero que haya  una total libertad al momento de generar un proceso investigativo, dicha libertad se ve eclipsada por los diversos intereses inherentes a la creación científica, y los externos a ella;  el quehacer científico igual se ve lineado por sinnúmero de directrices propias del dogma o paradigma con el cual se trabaja y se pretende obtener un resultado objetivo. Sumado  a esto se contemplan barreras de tipo ideológico que impiden permear la investigación desde diferentes vertientes, en el caso del joven Hacker americano Aaron Swartz, era un completo sacrilegio irrumpir en bases de datos privadas y clasistas para extender su contenido a todo el público que  pudiese tener acceso a la información. Luego de haber contribuido en tanta medida al libre esparcimiento del conocimiento era ahora un objetivo militar, una amenaza contra la magnánima democracia que se jacta de promulgar el gobierno americano. Aaron nunca fue libre en su loable empresa de querer proveer ciencia gratuita a la humanidad.
  
Los ojos de los distintos estamentos gubernamentales, sociales o  particulares están siempre atentos y al asecho de tus procesos investigativos, temerosos de que en algún punto puedas abrir fisuras en sus densos y lúgubres sistemas, encontrar flaquezas o falencias en sus estructuras, divulgar y sacar a flote cuanta fractura haya en su núcleos;  atentos para que no puedas decir la verdad de todo lo que allí se lleva cabo. Ciertamente esta apreciación no ocurre en todas las latitudes o esferas de la creación científica, pero se conoce igual que la mano más pesada es aquella mano oscura que rige las riendas políticas y económicas del globo y que al final puede incidir en la muerte de una mente tan gigante como la de Aaron.   

Siempre estarás supeditado a regulaciones absurdas, antiéticas, o sencillamente reglas que no permitan un claro y objetivo proceso investigativo, normas coactivas que impidan el libre proceder del investigador, comenzando por nuestra psiqué, atestada de preconceptos y juicios de valor que tergiversan la pura fuente de la información.

Para empezar con un libre desempeño de tus facultades como investigador considero debes tener la menor carga posible de jueces y juicios que puedan trasgredir el estado más puro y primario del objeto de estudio. Tristemente concluyo que no puede haber una total o real libertad en un proceso investigativo debido a las diversas fuerzas que atañen a los interese intrínsecos que hacen parte del todo que se estudia o se trabaja. Al situarnos dentro de un sistema pluralista como este, al vernos adscritos a una asociación con este tipo de  características no debemos proceder de deliberada forma, porque el resultado será adverso a los propósitos con los que se había concebido el estudio, no hay tal libertad por el simple hecho de no encontrarnos solos, la organización –que no esta tan organizada-  llamada sociedad, limita y regula todo tipo de actuar, al momento de iniciar una investigación deben contemplarse todo tipo de variables con la intención de no perjudicar en algunos términos las condiciones de los demás. Se considera violentar algo cuando  avanzamos sin el consentimiento del semejante, es agresivo y lesivo cuando el resultado no es el esperado por el otro, cuando no se hizo en consenso y el producto fuese verídico o falso afecta las condiciones estables y confortables de ventaja que ha adquirido ese otro ser, que al igual que tú se halla ocupando un espacio común, un espacio que no se pretende ceder y compartir en totalidad.

·       Nunca he sido total partidario de que el suicidio pueda representar una óptima solución o salida a mis dificultades, he carecido de imaginación para poder dimensionar lo más cercano posible una situación donde me encuentre contemplando y planeando con seriedad el acto que diera fin a mi existencia.  Pero aproximándome lógicamente al caso de Aaron Swartz apoyo con cordura y respeto su decisión; incluso existen hipótesis que hablan no de un suicidio, sino de manos ajenas que finalizaron la vida del joven hacker. Y no precisamos de hipótesis y rumores para inferir que los representantes del gobierno  americano no escatimaron esfuerzos para hundir al hacker en todo sentido posible, tanto económico como psicológico.

Confieso carecer de ideas para alcanzar un breve pensamiento de Aaron, pero justifico que si en algún momento decidió quitar su vida, dadas las diversas variables en contra, a mi juicio seria  de alta comprensión no permitirme vivir una vida indigna, una cuasi vida tras los barrotes despojado de todas tus pertenencias y saturado de insultas amenazas, que no dejarían lugar a reposo alguno, no avalo por completo cuanta decisión conllevara a un triste final, pero admito – si se dio tal suicidio- Aaron no poseía muchos elementos que ayudasen a un avance positivo en su existencia sobre este planeta, el vulgar sistema judicial, de un amplio modo y descaro apoyo, asesinó toda esperanza de digna vida en el caso de este brillante joven que la historia nunca podrá reemplazar, semejante desperdicio auspiciado por las variadas instituciones que custodian la libertad y prosperidad del pueblo americano. Actos como este tendrán un precio alto para saldarse en los anaqueles justos de la historia.

Llueve sobre mojado y una vez más este crudo y nefasto sistema económico devela, sin importarle, desalmadamente sus fauces y siniestros intereses. La pregunta fue, que si a nuestro criterio Aaron había procedido éticamente, ello se puede contestar a mi parecer desde dos posiciones; la primera y la objetiva, manifiesta una perspectiva opuesta a los actos cometidos por el señor Swartz. No fue ético sustraer información “valiosa” de una serie de base de datos, que organizan y custodian el conocimiento científico elaborado por las diversas comunidades académicas alrededor del mundo.

La ética que nace de la construcción y evolución social, está supeditada por ende a esta, a toda su estructura legal, religiosa, económica y política. La ética baila en el frenético vaivén económico, en la indómita marea de fiducias y probabilidades; la bursátil ética fue violata por la genialidad de un Robin Hood cibernético. Aquí es donde puedo responder con la segunda posición, que dista siglos del marco legal y constitucional de muchas naciones. Una posición subjetiva que subvierte la anterior, es la antítesis de lo que muchos documentos e instituciones gubernamentales consideran como legal; porque Aaron frente a estos estamentos sencillamente robó y debía condenarse con absurdas y humillantes multas, sumado a una sentencia carcelaria inexplicable para este caso.

Considerando lo que podría representar la ética en nuestra sociedad, concluyo que el señor Swartz no fue ético, por consiguiente, no puedo ser ético igual; simpatizo completamente con lo realizado por Aaron, incluso digo que es nada ético –en mis términos- acorralar a Aaron con el FBI a bordo y todos sus secuaces, con el objeto de intimidar y humillar al hacker en una reprimenda sin igual, llevándolo posteriormente a un dudoso suicidio, aterrorizándolo pienso, con el objeto de exponerlo como un mártir y ejemplo hacia todos los hackers del planeta, para escarmentarlos y enviarles el brusco mensaje de desistir en sus empresas subversivas y emancipadoras; campañas que arduamente se enfrentan y desafían al sistema corruptoy devorador.

Seguramente para muchos totalmente equivocado considero que,  de real ética el hecho de intentar poner el conocimiento en manos y ojos de cuanto quisiese aprenderlo, de todo cuanto quisiera apreciarlo y buscar el saber. Ese saber que no puede ser de unos pocos, pocos que vilmente pretenden engrosar sus arcas sin importar las dinámicas externas a las casa publicistas y editoras. Si bien una producción científica es de considerables costos para la obtención de resultados, no explica que se desate todo un festín privado donde los únicos invitados sean quienes cuenten con los más latos recursos. Se privatiza el conocimiento y el saber pasa a ser un producto más del apreciado capitalismo.

Constreñido por las absurdas amenazas y espaldarazos de algunos conocidos, Aaron decide no habitar más estos lindes donde pagaría con su dignidad y libertad una existencia vacía. Vacía ya que la contraparte exigía retribuciones inalcanzables para el joven, quien en su corta existencia había dado buena parte de sus bienes a la propagación gratuita del conocimiento.

Si fue ético o no, es probable que ya no importe, en este instante quizá ya pocos recuerden el evento. Indignante nuestra capacidad retentiva, de sumo cuidado el instante y si es confortable y acaudalado mejor. Una brillante mente como la de Aaron aniquilada por tocar los bolsillos indebidos, el FBI y los diversos estamentos implicados realizaron su canalla tarea y hasta el momento nada se dice, todo normalmente realizado dentro de los marcos legales, cuando  en el mundo genocidas e infames destruyen países y no existe FBI que los controle e intimide, infames que controlan las sucias arcas del capitalismo.

Como bien se sabe para muchas instituciones Aaron fue nada ético,  fue un ladronzuelo más y fue exhibido como un botín de guerra, como un sucio ejemplo terrorista para atemorizar a quienes buscan quitarnos la venda y permitirnos entender con un poco más de claridad, la sucia realidad en la que nos han sometido, una triste e infame historia bursátil.                   

domingo, 13 de enero de 2013

ENTRE BOULEVARES Y MONTAÑAS DE BASURA

Paradójicamente  el primer recuerdo de lo que consideraría como Moravia, lo construí desde una de las ventanillas del "grandioso y fantástico" naciente metro de Medellín; desde uno de sus vagones observé como la verde maleza se desvanecía para dar paso al rió marrón decorado con sus tintes oscuros y objetos coloridos de variadas texturas y procedencias. Luego de interpretar un tanto la imagen del rió con sus feos adornos, me percate segundo después que al frente mio se erigía una pequeña montaña de no muy agradable apariencia. En ella se ubicaban cual pesebre unas tristes e improvisadas viviendas, que a mi corto y acostumbrado parecer me resultaron desagradables.

Era mi primer contacto - pese a la distancia- con una imagen semejante; me encontraba terminando grado 4to de primaria y mis recorridos lejos de casa y colegio no eran habituales, así que no fue algo común la visión de tan deplorable presentación. Nunca antes había montado en un tren semejante ni presenciado unas estructuras de esa naturaleza. Al colegio la alcaldía lo había elegido para llevar a algunos de sus alumnos a viajes de prueba y rutas piloto, pero en todo lo que pensé fue en ese peculiar olor que conducía hacia aquella triste montaña. Minutos después confieso mi asombro disminuía, ya que a medida que el tren avanzaba la inquietud menguaba con las risas de los compañeros y las diferentes edificaciones del entorno.

Retorna mi desprecio y sinsabor muchos años luego al retornar a Medellín, sintiendo de nuevo aquel hedor que varios años atrás me guiaban otra vez a la triste imagen montañosa, y observando me preguntaba como era posible que se permitieran condiciones de vida semejante, quizá alcanzaba los 15 años de edad y nuevamente desde aquella ventanilla ya me pensaba de forma pretenciosa una completa reestructuración de todo el lugar, reubicar todas esas familias, todos esos supuestos hogares, toda esa gente en algún otro lado de la cuidad; sin duda alguna, desde una posición marcadamente obtusa, ya que no debía ser tan fácil como lo dimensionaba, debían ser muchas las variables que el tema encerraba; incluso asi me permitía pensar que toda aquella gente merecía un mejor espacio para vivir, admito que siempre, asi fuese desde el metro consideré aquel lugar de poca aceptación, de disgusto, incluso de indignación; como fue posible que se permitiera no solo el hecho de la paupérrima imagen sino de las deplorables condiciones en las que algún niño pudiese criarse. Elaboraba el simple paralelo de situarme en mi rutina tras la ventanilla y poder imaginar a un niño levantarse en dichas calles si así podrían  llamarse.

En cada paso frente aquel lugar con tristeza e indignación pensaba lo mismo, hasta que años mas tarde supe por el humo negro visto a lo lejos desde casa de mi Abuela y por los reportes noticiosos, que un supuesto corto circuito había generado Un incendio de amplia envergadura en aquella montaña conocida ahora para mí como el barrio Moravia. De nuevo regresando a la ciudad tras otra ausencia, me topo con una montaña diferente, siguiendo la sesgada información hago la asociación con las políticas locales que proponían una reubicación y un “mejoramiento” del sector, curiosamente dicho corto se originó por esos días en que el gobierno metropolitano proponía un desalojo y reubicación de todas esas familias, 17000 personas según censos desde 1983,  si bien aquélla imagen nunca fue de mi agrado, tampoco lo fue mi conclusión sobre el aparente cambio en aquel sitio.

Seguían pasando los años, la indiferencia y la mala memoria de la mano me guiaban en otras direcciones totalmente opuestas al tema que de niño me inquietaba desde el tren; hasta que recientemente ingresé a la universidad y por chascarrillos de la vida casi termino viviendo en aquel barrio, cerca a su centro cultural, lo cual me ofreció una óptica disímil de todo lo que había elaborado referente al barrio, pero el asunto de la vivienda allí no fraguó por circunstancias que ahora no es pertinente mencionar. 

Curiosamente algunas lunas más tarde me encontré caminando junto a algunos compañeros de clase, sobre una suerte de malecón o boulevard que haría parte del embellecimiento y mejoramiento del lugar, el recorrido se suponía hacia parte del proyecto que haría ver mejor todo aquel entorno. El recorrido comenzó desde la portería que da a la vía regional, la cual atravesamos con cautela dado el flujo vehicular, era de noche y nos adentramos en la maleza y arena llegando a la orilla oriental del rio Medellín donde el profesor Rommel, nuestro guía y conductor un paréntesis a manera de introducción donde nos daba la bienvenida y especificaciones del trayecto. Seguíamos el camino y pensaba que típicamente a la Colombiana,  de poco había servido aquella inversión que no habría sido ínfima a causa del testaferro y la burocracia – dichos números no fueron exiguos sin duda-. La atmósfera era densa, de un tinte oscuro, quizá más que la misma noche, debo resaltar que este espacio fue uno de los que más llamó mi atención, entre la densa  vegetación de algunos sectores que incluso impedía la visión del rio y el tráfico deambulábamos, caminábamos en su suelo saturado de basura y hollín producto de las fogatas, su suelo en tramos roto y fracturado acogía en algunos puntos concentraciones de personas que gustaban de la  oscuridad psicoactivos, algunos de ellos refugiados en precarios cambuches, me atrevo a decir que completamente atraídos y  absorbidos por lo que ese sórdido y lúgubre corredor ofrecía. Afianzados en la relativa seguridad que el follaje otorgaba y la peculiar oscuridad que los hacía invisibles a las autoridades y resto de la ciudad. Algunas voces mencionaban sinnúmero de actividades clandestinas que allí se producían pero quizá por la hora “tal vez algo temprano” no observe mas que algunos grupos en sus actividades de consumo y recicle.

No sé qué demonios ocurría allí realmente en sus horas pico, ni cuales fuesen las dinámicas de autorregulación, pero incluso había espacio para poder quemar el plástico que protege el cable de cobre y poder cambiarlo a un buen precio por algunos químicos. Tenía la curiosa sensación de contemplar el aire y el tiempo más lento y al salir de aquel callejón, cual túnel cruzamos la vía de regreso para sentarnos a interactuar sobre dicho episodio y retroalimentarnos con la previa pesquisa que realizamos a petición de nuestro tutor, no quise participar ya que escuchaba a los expositores y de alguna extraña forma seguía en aquel túnel, que de esa última parte estaba custodiada por algunos malandrines que jugaban a las cartas; seguía allí repasando algunos pasos y se me venían simultáneamente números leídos con anterioridad sobre la triste montaña. Pensaba una vez más con resignación lo frustrante y melancólico que sería despertarme sobre una montaña de basura, dejar mi tierra para bajarme de un bus en un  extraño lugar donde no tendría más alternativa que construir mi futuro con los desechos de otros.

Por sin número de motivos en especial de carácter violento -que novedad- los primeros asentamientos  allí presentes provenían del oriente antioqueño, cuentan locales lenguas que fue allí donde se radicaron, porque fue lo primero que vieron al bajarse del bus en la terminal municipal, vieron oportunidad de encontrar todo lo necesario sacándolo de la basura.

Cuando nuestro profesor nos hablo desde la falda de la colina, solo pensaba en que me veía desde el tren en medio de todas esas pobres estructuras, conviviendo con el hedor y la enfermedad, en medio de plagas y suciedad; hasta hace unos días atrás estaba completamente desinformado que aquella gente había levantado sus viviendas sobre el basurero municipal ¡vaya anécdota! ¿Cómo dimensionar esto?  Sólo en nuestro “país” se da espacio para que singularidades como esta ocurran. Pensaba que resientes estudios realizados  por la vecina universidad de Antioquia, develaron en esa investigación acumulaciones de gases altamente tóxicos y lixiviados en concentraciones venenosas para la vida humana. Así cada vez más se nublaba mi imaginario sobre la vida allí llevada.

Posteriormente en la visita al morro avanzamos con el objeto de adentrarnos en el barrio y en el trayecto observamos que en la periferia de la colina que da hacia el propio barrio aún se hallan remanentes de viviendas que se niegan a desalojar y desplazarse independientemente de todo cuanto proceso que allí se ha gestado.Una vez en el intrincado laberinto de callejuelas que la infraestructura presenta, iba analizando que Moravia es una ciudad dentro de otra ciudad, posee una distribución y organización singular, como si se hubiese desarrollado hacia adentro, combina arquitectura moderna, con vieja y paupérrima, que a su vez trata de adaptarse al entorno mostrando una amalgama de cartón, madera, hojalata y cemento, de peculiar y bizarra apariencia, y la arquitectura que a mi parecer es la regular, la resignada, la de contentillo, como la exhibe la escuela que parece más una cárcel; todo esto presenciado en un mismo lugar donde termina la cara norte del morro, lindando con la nueva cancha sintética y el colegio taciturno.

Zigzagueando entre calles y callejones, detallaba que el sector posee un alma mercantilista o comercial a subrayar, e toda cuadra existe un negocio que ofrece modios precios, los callejones poseen canchas propias y recurrentemente se observan pintas o grafitis alusivos a las luchas resistentes que los lugareños han sostenido contra las diferentes políticas gubernamentales que buscan desplazarles y cambiarles a otro sitio diferente a este que se han ganado campeando cuanta vicisitud se atraviesa en su ideal de conservar el hogar que tanto les ha costado consolidar y proteger.

Girando unas cuantas esquinas más, nos encontrábamos con otra cara radicalmente disímil, pero que también hacia  parte del sector, esta zona del Bosque, otrora guarida de vándalos y sicarios. Hacia el sur por Carabobo, se sitúan el Jardín Botánico, el Parque Norte, el Planetario, Explora, el Parque de los Deseos,, La Universidad de Antioquia, que también hacia parte del basurero, sitios donde termino el recorrido, espacios y estructuras que contrastas abismalmente con lo observado en el morro, la herradura, el oasis y demás calles que me permitían pensar en lo desconocido y peculiar que posee este pequeño y grande al mismo tiempo territorio; toda una estructura social, con un pasado interesante, no cualquier proceso, en un lugar tan reducido vivenciarse situaciones de violencia y movilizaciones de tan grueso talante que deberían seguir siendo estudiadas y nunca olvidadas para que sirvan de ejemplo a esta ciudad y por qué no, a este crudo e infante país.    


       

                           

lunes, 12 de noviembre de 2012

MI CONGRESO A MEDIAS


Nos hemos dado cuenta que este es un ejercicio que se ha construido con mucha estructura subjetiva, pero no por ello se debe desvirtuar con premura y flojos fundamentos; en  mi caso apelaré  a este carácter subjetivo para desarrollar mi perspectiva frente al pasado CONNES que se realizó en muestra Alma Mater , Universidad de Antioquia.
Quiero no se interprete esto como una simple apología a la pereza y todo lo que esta implica; deseo igual, de entrada manifestarles mi descontento y sinsabor frente a los hechos relacionados con el congreso, pues bien… vacuo sentimiento al descubrir que los hecho que generan dicha inconformidad no están directamente relacionados con el congreso, y los que sí, son diminutos y simples, típicos de un sencillo desliz, característicos del temor y la desconcentración.
Puedo abrir este sencillo escrito con una suerte de invitación, una pequeña visión del sujeto aquel que es encuentra en una mediana posición de lejanía que atañe a las dinámicas académicas y universitarias en general. Luego de atravesar el bachillerato e ingresar a la U, me cambió por completo la óptica que tenía frente al conocimiento, la lectura, el profesorado, los compañeros, hábitos alimenticios, relaciones familiares y amorosas; un giro considerable en el espectro del aprender, del pensarme como humano, en la curiosa esfera del vivir.
Pues bien, luego de unos tantos años, pese a los diversos avatares de la vida, regreso a la grandiosa senda universitaria, ya en condiciones disimiles de como las tuve al iniciar luego del colegio: con apoyo familiar ya fuese económico o sentimental, sin otra responsabilidad que responder a un favorable o positivo resultado en tus notas - “quizá académico”-, sin la tediosa madrugada para levantarte y colocarte en la absurda banda transportadora que te prepara y moldea cual piñón más en este indómito y vulgar engranaje que hacemos llamar cotidiano, un triste cotidiano que sirve a los superfluos intereses de pagar cuentas a final de mes y mecánicamente centrarse en consumir, consumir  diligente y juiciosamente consumir.
Debo confesar también, que dentro del engranaje no todo es nocivo, he elaborado unas cuantas contras o estrategias que me permitan hacerle frente a la embestida diaria del mundo que puntualmente toca a tu puerta. La idea tampoco es hacerte de mártir, simples quejidos y lágrimas de cocodrilo porque tu idea de mundo no se ha cristalizado, sabemos o sospechamos en gran medida que esto se debe a que no hemos trabajado prudentemente en nuestras ideas, nos ha faltado coherencia y proactividad para tornar el rededor en un mejor espacio, un espacio más congruente con nuestro pensar, nos ha faltado trabajo concienzudo, no el que diario se monta la bus y quinces y treintas gusta o no de su quehacer. Considero de bebo retomar la invitación a la que quería llegar; como figuradamente lo han observado me hallo inscrito en el sistema de trabajadores, unos conformes y otro no! Que día a día, fuese cual fuese el medio, intentan salir a flote con los suyos en este arduo mar de peculiaridades que ofrece este pseudo país llamado Colombia.
Sin duda alguna todo esto responde al manejo que le he dado a mis fichas, la forma en que he jugado y me he pensado la vida – tema complejo – y aquí les confieso que de torpe forma se me dificulta verlas con simpleza y creatividad, observar y hacer distinto cada proceso; es muy fácil pensarte que podría ser lo correcto, pero hazlo! a ver cuál es el precio, cuanto nos cuesta.
Todos ustedes que cuentan con el apoyo adecuado, interno o externo, no importa su naturaleza, APROVECHENLO! Años tardé en vislumbrar lo frustrante que era saber cuánto perdía, cuanto desperdiciaba el vasto de la Universidad. He contado con la buena fortuna de asistir a dos y medio congreso, medio porque en esta oportunidad solo asistí a eventos nocturnos y de tinte bohemios como una obra de teatro y su clausura a manera de concierto, realizado en el TAL. No cabe alguna duda de lo enriquecedores que pueden llegar a serlo, si estas metido en el mágico papel de ser sociólogo (y de esto no es fácil darse cuenta) – a mí se me dificultó entenderlo-  dado el curioso mundo interior y sinnúmero de obstáculos impuestos por el entorno que posteriormente abordaré y detallaré si así me lo permiten; si elaboras toda la disposición: transparente y atenta, como de niño, si crees y sientes que podes en el participar en cualquier aspecto, hazlo!! Porque de otra no sabrías lo que perdés o ganás. Habrán momentos tediositos, participantes con poco manejo de público que nos llevan incluso a pensar que esa no era su ponencia, algunos personajes como extraídos de algún chiste malo, otros como apenas aprendiendo que es una guitarra en pleno concierto y otros que de la mano nos posan en los más gratos y preciados recuerdos, con un discurso, un rostro de monería o un charango acompañado de su quena, una  arenga subversiva bajada desde el barrio castilla para invitarnos a la resistencia y sensibilizarnos frente a la cruel y sanguinaria violencia que se pasea tranquila e indiferente por nuestras calles y veredas.
Deseo dejar claro que debido a mi aburrido horario laboral hubo mucha distancia en términos académicos, distanciado del congreso, no por ello deje de asistir, no porque debía elaborar algún tipo de relatoría o reflexión referente al congreso asistí, me jugué la carta lúdica, apelé al aspecto bohemio y desde allí, sin bruscas pretensiones, hacerme una idea del quehacer sociológico, sin presupuestos y malas disposiciones dejarme afectar y conmover por cuanto pudiese presentarse. Hasta este entonces he escuchado una que otra dadiva, variados elogios para la organización de este 9 encuentro, encuentro que debería perpetuarse con la mejor conjugación de los mejores posibles elementos, decreto que en Caldas sea aún mejor la organización y participación, mejores y agudas a cada corazón y razón dirigidas sean las ponencias, que cada evento y particular nuevo conocimiento sirva para sembrar por largo rato la idea de que Colombia es el mejor campo para labrar la Sociología.        

domingo, 4 de noviembre de 2012

PREGUNTAS ESTUPIDAS??


Otro documento para ponerte a pensar,-que bien!!!- otra que lectura que te expande  el espectro sobre la insuficiencia de nuestra capacidad o incapacidad cognitiva, bien, considero que realmente no carecemos de herramientas en la totalidad del caso, se nos han sido escondidas, se nos han puesto en un lugar donde se nos dificulta alcanzarlas, se nos es extrañamente permitido aprehenderlas y usarlas, se nos presentan de formar tan tediosa que nos produce casi desidia poder procesarlas, palparlas, admirarlas –quererlas-  a mi parecer data del vil proceso ejecutado por los brazos invisibles que mueven y suciamente monopolizan  las dinámicas mundiales, dinámicas de cualquier orden; -no les gusta que sepamos, no les gusta que enterados estemos de nuestro entorno, no les gusta que con nuestro conocimiento en construcción observemos dicho entorno y lo critiquemos en pro de mejoras y bienestares los más cercanos a la igualdad.
Me gusta como Sagal aborda el surgimiento de técnicas avanzadas que denotaban desarrollo y progreso en la psique del hombre primario, estas prácticas que fueron acompañadas de un buen método, de un ejercicio continuo de prueba y ensayo, de éxitos y errores para configurar el nacimiento de la ciencia humana, me agrada como esboza con un claro recorrido desde la etapa en que el homínido, con palos y piedras  lograba elaborar herramientas para poder alimentarse, procesos que continuó evolucionando hasta encontrarse inmerso en una revolución industrial. Pero  me agrada aun más cuando se detiene a preguntarse que ha podido pasar con los científicos americanos de antaño, ha transcurrido tiempo considerable y no hay vestigios de progreso como solían hacerlos ciertas figuras del pasado que con su aporte cambiaron el mundo, nuestra visión del mundo y sus componentes.  Y así suavecito y despacito, desglosando variados episodios de nuestro trasegar ha llegado a conclusiones tan elocuentes sobre nuestro sistema educativo en general que no cabe la menor duda del temeroso retroceso que hemos llevado a cabo, posicionándonos  en una penosa condición casi de analfabetismo, Carl centra su explicación en una comparación realizada entre el alarmante estado de escolaridad y cientificidad que ostentan los centros académicos en general de estado unidos frente a diferentes grupos de estudiantes ubicados en otras latitudes del planeta. Me llama mucho la atención las cifras que Sagal plasma sobre el papel, peligrosos números que reflejan un estado intelectual cada vez más triste y decadente.
Que bonita tarea incluso la de invitar a la comunidad científica,en especifico la de Norteamérica para dar a conocer su producción, su esencia y ponerla al conocimiento de toda la sociedad si así fuese posible; darle pautas al científico de cómo poder ser visto, escuchado, entendido por un  amplio público, sin rezagarse aun mas entre los empolvados instrumentos, pesados procesos y solitarios recintos que ofrece la imagen de ser científico. Invitar igual al estudiantado que exponencialmente se hunde en el abismo de la ignorancia, te convida a generar una amplia y solida cultura de lectura para poder entender todas las relaciones y fenómenos que se afianzan en los diferentes aspectos de nuestro cotidiano, me atrae la idea de pensarme un mañana más inclinado hacia el cuestionamiento constante de nuestra estructura humana, fuese cual fuese el andamiaje, preguntarme de forma honda cual es mi posición y propósito en este mundo, sin entrar por lo pronto en discursos existencialistas, solamente preguntarme con la pausa adecuada por todo cuanto pueda. De esta forma rescato y le doy un alto relieve a las palabras de Sagal que de forma clara y fluida nos motivan a un asombro continuo, una vez más una alentadora invitación para con alma de niño, escudriñar, curiosear y aventurarme en el vasto océano de las ideas, en el apasionante mundo del conocimiento, de la mano de la señora ciencia  que bien entendida podrá darnos un hermoso despertar, un magnifico asombro y compañía.
Que grato seria poder ver y sentir algún día, que nuestros hijos y cercanos se encuentran en un estadio de perpetuo aprendizaje, que les veamos siempre motivados en el feliz andar del conocer, que aquel conocimiento no les sea otorgado en piezas varias, mutilado, a cambio de un objeto que supla las veces de dinero, que tengas que pagarlo, para que sea medianamente representativo o significativo en tu vida, que opuestamente debas realizarlo para figurar dentro de un sistema que te abstrae y te anula tal cual quieras ser, que se te sea impuesto como requisito para ser “alguien” entre el divagar de las  vacuas y efímeras cosas, un sistema estudiantil que antes de formarte y realizarte (de aportarte lo sublime del conocerte) te cosifica y te inscribe en un eterno listado de entes reproductores incapaces de preguntarse por aquellas pequeñas y al mismo tiempo gigantes cosas que te pondrían a soñar, a sonreír con toda la galaxia, con cada universo que reside en cada átomo.  Así que no importa si al pensarme y preguntarme me llamen estúpido, lo seré cuando deje de hacerlo.           


Sobre la lectura


Diculpáme si soy de corte muy subversivo, de antemano quiero destacar lo importante que son los temas abordados por doña Consuelo en su texto, pero hallo directa relación entre el rol del investigador, investigar y sus variantes con el texto de Zuleta; en realidad todo se relaciona con todo –mil gracias por el ejercicio- se me hace súper didáctico y de muy buena pedagogía, asi que,  a lo que quería llegar y me corregís y me decís si debo pasarte igual la reflexión o  entrada de Consuelo; pero me veo supremamente atraído por el texto de Zuleta, fue con el cual más simpaticé y me identifique, aunque develo en mí una vieja y tediosa compañera, una buena grieta en mi ser, y me gustaría comenzar así.
Gracias Zuleta por decirme que no sé leer, pero más que eso, más allá de esto, invitarme enseñarme  como puedo lograrlo, como puedo aprender a leer, gracias por las sonrisas y fruncidas de ceño  despertadas. Hace ya buen rato no me divertía recorriendo sitios y letras, no porque no hubiesen medios, sino por mi imperdonable pereza; agradezco tanta armonía, tanta cohesión, mano y voz firme para escribirlo o decirlo; gracias igual a vos Rommel por permitirme negociar el contenido de la actividad, ósea el texto de Consuelo a este, que a mi parecer posee kilómetros de tela para cortar como decían los abuelos. Y entonces vuelvo y me pregunto: como me hago investigador si no se leer? Si no se elaborar un código particular -del que habla Zuleta- buscado en cada libro para poderle entender su espíritu, lo que quiere compartir con nosotros o en el caso esencial, de lo que está hecho, no es más, sino su estructura, sin adornos y accesorios.
Tema complejo aquel que me propone elaborar, encontrar, crear un único código con el texto y su simbología, código que me permita entender la renuencia o negación a la adaptación, un código que me deje comprender la ausencia de motivos para continuar viviendo o la fabulosa fiesta que propone el capital de Marx. Me confieso un tanto torpe creativamente para dar vida a un lenguaje singular que me conecte en totalidad con el texto y posiblemente con lo que el autor quiso decir. Zuleta nos dice que no hay lecturas fáciles, sino lectores cómodos, lectores que piensan comprender lo que leen pero ni cuenta se dan de su incomprensión; y que cosa motivante y fascinante saber que frente a mí se encuentra un reto, todo un mundo por descubrir; creo que aquí ubico un fuerte, toda una ventaja y no es simple ego en ínfulas de prepotencia, no! Como en el futbol, mientras más complejo sea la dinámica del juego y el adversario más fuerte, más emociónate será para mi el desenlace.
Pese a cuanto esfuerzo y desdén se haya manifestado en las aulas por parte de los “ profesores” para entorpecer, o no! – buena tarea- de anular nuestra capacidad y curiosidad hacia al mágico mundo de los libros, no me he dado por vencido, no declino en la firme intención de aprender a leer, y créanme lo hago, pero no como debería, sin método, espontáneamente, sin disciplina, solo lo que considero divertido. Y de momento, dejando de bobadas sabemos que existen escritos extremadamente tediosos, anquilosados en la vastedad del aburrimiento, sumado a esto nuestra carencia de herramientas para desarmar aquellas oxidadas piezas que conforman ese tipo de lectura, nuestra incapacidad para construir esos códigos que nos descifren el texto y nos permitan el dialogo ameno con su estructura, con su mensaje; faltos de areté, de trabajo concienzudo, de profunda disposición al aprendizaje.
En esta lectura ubiqué igual un aspecto de alta intriga para mí, que me pone a pensar en el espíritu y magnitud del mismo escrito y es la parte que ahonda en la idea de que el texto se escapa a las cosas, a las intenciones de decir algo por parte del autor, se me hace tan denso y asombroso este tópico, este hecho de que el escrito posea una entidad o un valor superior a lo que sencillamente el autor pretendía; este ya no es de su propiedad, incluso el texto se apropia de nada, no puede ser la apropiación de un saber en general, el texto es aventura, es la invitación a como el niño sale y confronta el mundo y curioso cuestiona y hacedor de cuanta pregunta elabora una de tantas perspectivas sobre la realidad, no se preocupa por tener el poder total de la esquiva verdad; hace cuanta pregunta tomando el tiempo que sea necesario, si queres como las vacas que tanto agradaban a Nietzsche, rumiantes, sentados con calma una y otra vez, sin afanes, apartándonos del vulgar lenguaje, y sobre todo con la entera disposición y curioso proceder de trabajar con ahínco y paciencia. Que propuestas tan dicientes y poco convencionales, que cosa como de mágico libro me han presentado Rommel y Zuleta basados en Nietzsche para poder abordar un grueso de la sociología, porque siendo sensatos desde ya necesitamos saber leer, leer para sumergirnos en las juguetonas aguas de esto que se hace llamar sociedad.
Me siento como recién graduado de bachiller, creo que hago mucho énfasis en nuestras falencias, apelo mucho a nuestra ignorancia, pero no dejo de lado, no voy a desvirtuar la importante tarea que Zuleta realizó al invitarnos a crear una cultura cimentada en el leer, leer para aprender, leer para viajar, leer para asombrar, leer para soñar, leer para visitar nuestros propios abismos, leer para llorar y sonreír, leer para crear y algún posible día todo esto compartir.      
   

martes, 30 de octubre de 2012

PRIMERAS REFLEXIONES


Como abordar el tema de la conceptualización de estos temas tan difusos, olvidados y marginados por este sistema cada vez más empeñado en entorpecer nuestra percepción y evaluación de la realidad – lo que es en realidad-. Inmersos cada vez más en la ignorancia, en el facilismo y conformidad que nos ofrecen los llamados medios de comunicación, las entidades que una vez se comprometieron a ser garantes de educación y progreso; entorpecidos por los veleidosos procesos de escolaridad primaria y secundaria (incluso la universitaria), sesgados por nuestros gobernantes que, sin duda alguna direccionan cada esfuerzo que sonsacan en  el poder para atropellar y enterrar tu decadente integridad humana.
Como elaboro una aproximación asertiva y concienzuda de la pertinencia de estos términos en la configuración de una organización prudente y armónica de una real sociedad, o sencillamente en la construcción de un método  que permita una puesta en escena, una comprensión y ejecución de estos pilares filosóficos que permitan el fortalecimiento y nacimiento de una ciencia al servicio y progreso de esta “sociedad” agobiada y vacía, y no una ciencia cual empresa privada al servicio único del mejor postor.
Ahora bien me he preguntado siempre, -apartándome un tanto de discovery channel, nat geo y canales de corte similar, así como de revistas que abordan temáticas de tinte científico- que es la ciencia?  En que consiste ser un científico? Y más en este preciso instante de mi vida que decido retomar Sociología y me veo avocado, nos vemos avocados – esa es la propuesta que prima-  a realizar, crear ciencia social, a convertirme en un científico social, pero que es eso???, de momento le daré la respuesta al proceso académico, y todo el empeño que otorgue al crecimiento intelectual y un verdadero compromiso (consecuente) con lo aprendido.
Pues bien, de todo corazón confieso algo de incertidumbre, duda generada por contemplarme en situación de científico social, pero nada de afanes el proceso lo dirá!, y entonces retomemos y redefinamos que es CIENCIA,  pues considero esta es la duda que engendra la incertidumbre, y como nazco como sociólogo? Pertinente preguntarme ya esto? Qué  tal si de momento cerramos esta preguntadera respondiendo a esta parte así: realizando un método científico mediante el cual alcanzara un resultado determinado de carácter sólido y confiable sobre la estructura y naturaleza de nuestra peculiar sociedad.
Ciencia no sería una simple aplicación de preconceptos, no sería un simple ejercicio de observación e interpretación, dada la teoría recogida de libros y validos textos, sería la ejecución de una serie de actividades y métodos organizados, con la finalidad de esclarecer una pregunta, una cuestión de origen, una duda que resolveré a la mayor profundidad y confiabilidad posible, en todo este complejo andamiaje que es hacer ciencia. Una ciencia cada vez más denigrada y mirada de soslayo por la burocracia institucional, bien! Sin parecer más vacuo revoltoso, no puedo desvirtuar el desarrollo, alcance o impacto de la comunidad científica colombiana en ciertos sectores de nuestro pseudo país. Como me pongo el traje de sociólogo sin caer en la doxa, como elaboro, como creo ciencia siendo parcial y objetivo cuando me he sabido distanciado “divorciado” desde otrora de estos términos, que es ser objetivo? En qué términos soy objetivo? El ser objetivo concibe términos ambiguos y relativos? Epistemológicamente como elaboro una construcción fidedigna de mi objeto de estudio, que en este caso será el sindicalismo en Medellín, pero un momento! Estoy seguro de saber a qué se refiere la epistemología, que significa? Luego de explayarme permítanmelo hacerlo una vez más, y creo q lo hare unas cuantas veces más sino logro conjugar coherentemente la terminología en cuestión. Hasta el momento comprendo que la epistemología me permitiría el estudio y evaluación del conocimiento, el conocimiento científico en sí. Y entonces, rayos y centellas!! Cual conocimiento?, que tipo de conocimiento, que es conocer? Tal parece que este pequeño ejercicio me ha develado no una seguridad, una claridad lo que entendía; sino un cuestionamiento en general sobre la terminología y “conocimiento” del mundo que poseía, una puesta en balanza sobre la realidad –tan irreal- que interpreto; a medida que avanzo más dudas se siembran y nacen, y no creo preciso acabarlas y aclararlas desde ya, tampoco digo que dilatare largamente este asunto. Muy diferente y distanciado de una figura pretenciosa que busque resolver cada incógnita desde ya, sin el proceso adecuado; por lo pronto y espero no suene veleidoso, que sea la intención de generar una aproximación, la más clara posible de este tema tan neurálgico que es el conocimiento. Por allí en donde considero radica nuestro punto de partida, nuestro inicio en este asombroso viaje de preguntarnos por el hombre.
Lamento si de alguna forma puedo decepcionar a Rommel al no seguir estrictamente las indicaciones de cómo desarrollar el taller, me refiero a construir una reflexión  profunda sobre todos los temas esbozados en la primera clase, lo hago porque considero que todos debemos poseer una posición estructurada frente a dicha terminología, así que si lo hago pienso que sería una reproducción más, todo lo que puedo decir es que términos como ciencia, investigación, disciplina, experiencia, epistemología, gnoseología, hermenéutica, heurística, método, metodología, táctica, estrategia, teología, teleología, doxa, entropía, neguentropia, en nuestro comienzo se hallan en un estadio infantil, como de poca madurez, faltos de estructura y recorrido que de seguir así no podrán contribuir a engrosar nuestro constructo intelectual, sino los aprendemos  y entendemos a cabalidad no podrán convertirse en las herramientas bases para el sociólogo que apoyado en un pétreo método generara ciencia. 
A quien pueda interesar una pequeña reflexión de tinte animado, a quien pueda gustar del anime aquí les recomiendo un video super entretenido que tardo 10 años en realizarse dada su complejidad y que aborda el tema de la ciencia en forma que pocas veces la vemos, asi que con mucho animo deseo que posean tiempo para que puedan verla! felices ratos!  

LA CARTA DE G Y LAS TANTAS MIAS



Siempre quise ser como Dupin, astuto, sagaz, incisivo y profundo en todas sus apreciaciones; siempre he querido alcanzar ese estadio mental que ostenta Dupin, aunque confieso ubicar allí una pequeña disyuntiva: no me puedo ver aun –aunque haya querido- despertando y durmiendo entre los libros, aun sabiendo que ese es la vía, el camino para… para parecerme a Dupin.
Debo admitir que me falta disciplina, pasión, concentración, aptitudes más que actitudes de un real lector, de un monstruo colosal, lleno de valor y curiosidad, todo un aventurero! Como diría Nietzsche; me encuentro en un punto donde debo poner sumo cuidado, donde deba invertir gran cantidad de lo que reste en forma como buen lector, como buen observador, dedicado, temerario, persistente, curioso y testarudo como diaria Einstein, obstinado en formar esta pequeña rutina en mejores hábitos académicos.
No me puedo permitir como aquel policía francés, enfrascarme en mi corto y menudo pensar, en mi falsa concepción de mi amplio intelecto; anquilosarme en aquellos pobres preconceptos que datan de tristes épocas y empolvados anaqueles, o pueden que fuesen de mejores tiempos pero sin darles la potestad absoluta de controlar y predecir cada evento en este mundo. La invitación es a mirar cada esfera posible desde cada posición posible (desde la más humilde si se puede). Una vez pensada acabada la idea, decirme no! Mentiras, existen otras posibles versiones y probabilidades, que la doxa no me permee, y no sentarme con juicio tan pesado de inmóvil gigante montaña a juzgar desde lo obtuso, como podría ser todo cuanto  me rodea, cada peculiar evento a través de mi sucio lente, saturado de ideas, vacuas experiencias y peor aún de vulgares dogmas que me impulsen a parir siempre juicios de valor donde no habría que hacelo.
Considerarme tan entendido que ya sería ciego, cegado frente a la realidad del entorno, cegado por mi prepotencia, pedantemente creyendo  superioridad por haber leído unos libracos que me mal entendidos me permitan obviar lo que está más próximo a mi nariz, que tenga tan perturbados los ojos que no pueda ver lo evidente, que en los peores casos me atreva a subestimar el talante e intelecto de mis cercanos y  lejanos, que por el hecho de poseer cierto recorrido en algunas pocas avenidas considere haberme recorrido el mundo, presuponiendo como actúan y piensan los demás. Peligrosamente engreído para poder observar con detenimiento y sutileza este espectro que cada vez se amplía con diligencia y el enemigo ajustando y ubicando sus fichas y jugadas donde no pueda siquiera verlas, porque de antemano pensare que mi ilustrado razonar encontrara todo cuanto quiero, pero no! El mundo y sus fantasmas dúctilmente sabrán esconderme todo en el lugar menos pensado sino me hago las preguntas correctamente, se ensañarán en continuar ocultando de mi corta vista la “realidad”.
Tan distante estaré de la realidad procediendo en formas tan recherche, tan embriagado de falso conocer que la respuesta podría estar pegada a mi frente y nunca podría pensar en espejos o simples consejos que acompañaran y guiaran mi triste pensar.
Nada es más odiado por la sabiduría, que el exceso de astucia.